Pues como tercer y penúltimo destino de nuestro tercer viaje, he decidido que fuera nada más y nada menos que las Islas Bora Bora. Que mejor que dar por casi terminado nuestro viaje con este fascinante paraíso, ¡SÍ, PARAÍSO! y es que no exagero en absoluto cuando describo estas fantásticas islas como paraíso, cuando veáis este viaje os daréis cuenta.
COMENCEMOS...
La verdad es que pensado, decidí hacer un viaje totalmente diferentes hasta los que llevamos ahora, diferente en el sentido de que con este viaje como vais a ver no vamos a visitar ni hacer tantas cosas como en los anteriores, vas a ser más tipo vacaciones, más disfrutar.
Las Islas Bora Bora es una de las islas de Sotavento situadas en la Polinesia francesa, la verdad que llevaba queriendo visitarlas hace un motón de tiempo, desde que las descubrí. Tras unas 3h horas de viaje, llegamos a las Islas, el alojamiento fue un poco caro más que nada porque haber en vez de alojarnos en un hotel ya que íbamos yo dije que no, que lo suyo era alojarse en las cabañas sobre el agua que había, era una de las cosas que hacían que esas Islas fueran un verdadero paraíso. Y naturalmente esas cabañas eran más caras que un hotel.
Como dije que iba a ser un viaje diferente antes de seguir con lo que hicimos, voy a hablaros de como son por dentro las cabañas, son lo siguiente de increíbles. Las cabañas son independientes en palafitos sobre la laguna y conectados a través de unas pasarelas de madera, en la mayoría de las cabañas en las habitaciones tienen un cristal transparente(como se ve en la imagen de arriba).
Al llegar nos quedamos boquiabiertos, ya íbamos con la idea de que aquello era fascinante (sobre todo yo) pero no nos hacíamos a la idea de cuanto. Nada más que llegar un señor nos llevo hacia nuestra habitación, voy a contar una pequeña anécdota: cuando llegamos hacía muchísima calor y estábamos sudando tela, y cuando llegamos lo que se nos pasaba por la cabeza era tirarnos al agua y darnos un buen baño, claro el cristal era tan claro que parecía que no había nada, las cabañas estaban situadas en sitios pocos profundos. El cristal estaba a los pies de la cama y claro Mario llevaba un rato yo voy a tirarme, que me tiro, nosotras pensábamos que era broma, cuando lo vemos con intenciones pero nada nosotras pensando que no se iba a tirar, como se iba a tirar si había un cristal, cuando de repente oímos un zarpazo y era Mario que se había lanzado. Natalia y Elisabeth gritando; ¡Mario que haces! ¡Estas tonto! ¡No ves que hay un cristal! pero claro era tan trasparente que pensaba que no había nada.
Esa tarde fuimos a dar un paseo en helicóptero, si desde abajo ya era fascinante desde las alturas ni os imagináis.
Por la noche comimos en el hotel de al lado y es que hagas lo que hagas allí es fascinante, salimos más que encantados, por la noche fuimos a dar un paseo por la isla y verla iluminada por las luces de las cabañas y los hoteles no tiene precio, es preciosa.
El segundo día sobre las 12 de la mañana fuimos a tirarnos por parapente, algo de lo que ya habíamos disfrutado en Tenerife, ver la isla desde arriba mientras te daba en el aire era...A Natalia le toco tirarse por parapente con el monitor más joven y claro ella loca perdía, total que no salio de allí sin su número, a todo esto repitió 4 veces y nosotros allí espera que espera, al final se fue a comer con él. Como Natalia se fue a comer con el muchacho nosotros decimos ir al mismo lugar que ellos más que nada para cotillear.
Por la tarde decidí que fuéramos a practicar una actividad diferente, hasta que no llegamos no les dije de que se trataba, si no estaba claro que me dirían que no. Pues bien se trataba de 'Kitesurfing' que es una actividad que combina el parapente con el windsurf, ahora dejare la foto.
Tras hacer kitesurfing decidimos dar una vueltas con las motos acuáticas por la isla, yo me monte con Elisabeth y Natalia con Mario, fue una experiencia súper divertida la verdad, Elisabeth le metía tanto a la moto que estuvimos a punto de caernos, he de decir que si que nos caímos una vez pero más que nada porque Mario nos hizo volcar, por suelte íbamos con chalecos salvavidas y no nos paso nada.
El tercer día solo hicimos cosas por la mañana, ya que por la tarde y el cuarto día decidimos disfrutar de esa maravilla y de sus playas, aprovechando para coger el colorcito.
Nos levantamos sobre las 10 ya que íbamos hacer una excursión en barco, donde podríamos bucear también. De la excursión terminas a las 12, como nos quedaban dos horas hasta las 2 decidimos ir a ver el monte Otemanu, la cima se llena de nubes que desde cualquier punto de la isla se crean unas vistas impresionantes.
Se me olvidaba que este día después de comer dimos una vuelta por la isla en jeep.
El cuarto día como he dicho y el resto del tercero lo pasamos disfrutando de esta increíble isla, la verdad es que cuando llego la hora de irnos no queríamos irnos de allí es que era totalmente un paraíso, nos vimos muy apenados por tener que volver de regreso a España, aunque también es de decir que vivir allí es un poco caro.
Y este es todo nuestro paso por las Islas Bora Bora, esperamos que si tenéis la oportunidad de visitarlas vayáis porque no os arrepentiréis. Os esperamos en el siguiente destino viajeros.
¡HASTA PRONTO VIAJEROS, NOS VEMOS EN NADA!